Recientemente he estado trabajando con una empresa centenaria que, después de un cambio generacional, se encuentra en plena transformación.
La nueva generación, con nuevas ideas, con ambición y nuevos horizontes, busca modernizar la empresa, y prepararla para el siglo XXI. Sin embargo, encontramos dentro de la empresa gente con mucho recorrido a quien le cuesta asumir todos estos cambios.
Como en muchas otras empresas, hasta ahora no se había contemplado el aspecto emocional de una transformación, pero la realidad hace que esta necesidad se ponga en evidencia. Desde el departamento de Personas se ha querido dar respuesta y me contactan para, a través de una primera intervención abierta a todos los colaboradores, organizar una jornada para que pudieran expresar sus inquietudes y preocupaciones en un entorno seguro y ordenado, algo que nunca antes se había hecho.
El resultado fue muy positivo, se observó un total alineamiento del equipo con la nueva dirección y se puso en evidencia las ganas y la positividad para construir y hacer que las cosas funcionen y crezcan en esta nueva etapa.
En épocas de cambio estructural en las empresas, es muy importante incorporar a las personas, sus preocupaciones e inquietudes, para poder darles respuesta. Incluso simplemente haciendo que se sientan escuchadas, ya es un paso muy importante en ganar su credibilidad y estima. Un Coach está formado para poder ayudar a los departamentos de Personas a conseguir este objetivo desde un punto de vista neutral, sin juzgar ni intervenir en el día a día de la empresa, facilitando el diálogo, la confianza y la comprensión.